Las despedidas

Los cargos hacen a la persona, pero las personas también hacen a los cargos

19 mayo 2017 22:31 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:01
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Los pañuelos del adiós solo son tristes en los muelles y en los andenes si la persona que se ausenta no es la misma que estábamos deseando perder de vista. En caso contrario son muestras de júbilo, como en los ruedos ibéricos, ahora tan amenazados. Hay políticos a los que en vez de decirles que deploramos que se vayan, después de prestar o de alquilar sus servicios, les decimos con voz apenas audible eso de me alegro de que te vayas y que sigas bien, pero no tan bien como antes. Esperanza Aguirre, que era la abeja reina, deja el PP lanzando sus últimos aguijones. La infatigable juez Mercedes Alaya, que en principio seguirá en la comisión de servicio en su juzgado de Sevilla, se despide imputando en el maloliente caso de la formación a dos exconsejeros, ambos aforados, o sea, protegidos. Genio y figura hasta que sepultemos la cochambrosa época que ha antecedido a la de ahora, que aún no sabemos si será peor, mejor o igual.

Todo consiste en recuperar la confianza, que es el empeño supremo de Rajoy, pero es muy difícil recuperar algo que no se ha tenido antes. ¡Cuidado con los sustitutos! Una vez cumplido el primer propósito, que era remplazar a su amado jefe, al que consideraban un imbécil bien relacionado, ahora tienen que concentrar sus esfuerzos en mantenerse, pero las cosas no se están quietas y las mesas de los despachos se han vuelto columpios. Pronto lo ha comprobado la alcaldesa de Madrid. Manuela Carmena, que fue una valiente luchadora por sus creencias, no ha tenido valor para quitarse de encima al tontorro que hizo chistes de bar, no de taberna popular, que a esas va gente más discreta, a costa de la mayor tragedia de nuestro pasado reciente.

Gran decepción la que ha provocado doña Manuela. No es fácil paliar sus efectos montando en bicicleta, ni yendo en el metro, ni acudiendo poco a la peluquería o sonriendo con una mueca. Los cargos hacen a la persona, pero las personas también hacen o deshacen a los cargos.

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