lo que la marea de la pandemia ha dejado al descubierto

«Cuando baja la marea, suele repetir Warren Buffet, maestro de inversores, es cuando se descubre quién se bañaba desnudo».

Y la marea ha bajado estos dos últimos años hasta dejar a muchas empresas del país in puribus, o en pelota picada castiza que hasta ahora disimulaban bajo las aguas de la subvención y el crédito fácil.

Han sido los dos últimos ejercicios muy duros; pero también auténticos cursos de supervivencia empresarial, humana y existencial ¡Y aquí seguimos!

La pandemia y ahora la inflación, que cuesta domeñar atizada por una guerra europea y las disrupciones en las cadenas de producción aún no recuperadas en Asia, nos han retado a todos. Y el año próximo aún habrá que resistir al encarecimiento del crédito. Así que la marea seguirá bajando para muchos. Solo las organizaciones que saben generar valor llevan hoy el bañador bien puesto bajo las aguas.

Las más resilientes han sido las pegadas al territorio y que cuentan con la complicidad no solo de sus clientes, proveedores, empresarios, directivos y trabajadores, sino con la de todos...Incluidos ¿Los políticos?

En ese punto tercia mi amigo Kalikatres sapientísimo: «Lo peor de la mala política no es que las empresas se vayan, es que los políticos se quedan y con el sueldo íntegro».

Y le llevo la contraria recordando que la colaboración público-privada es imbatible, y aquí hemos sabido cuajarla en proximidad generando prosperidad compartida.

Por eso, tiene un mérito especial en estas fechas el tratado de anatomía y pulso empresarial anual que realiza este diario de la mano de la subdirectora Núría Pérez con su Guía de Excelencia Empresarial que hoy se presenta y los madrugadores pueden seguir hoy mismo a partir de las diez de la mañana a través del Youtube del Diari y que mañana podrán en sus manos con un ejemplar de este periódico.

En la Facultad de Periodismo de la Universitat Rovira i Virgili (URV) la subdirectora ha explicado las peripecias de su equipo de profesionales para realizar esta radiografía. Y cómo, cuando el turismo ruso enriquecía el sector llegaron a publicar un suplemento...¡Pa Ruski! En ruso para dar a los eslavos la información y obtener los ingresos publicitarios que brindaban.

«No es que haya solo que saber latín para que un diario funcione –fue la lección– es que si hace falta, se habla ruso». Y eso es una empresa: un pedaleo continuo para que nuestras bicicletas, sudor, entrenamiento y conocimientos sirvan a todos cada día.

Y confieso aquí mi orgullo desde la modestia de pertenecer a una familia de periodistas y botiguers con tiendas en Reus, Tarragona, Amposta y Tortosa y algún empleado...Y muchas dificultades para mantenerlas durante años. Cobrábamos como periodistas –en este Diari, la Cope, la SER– y pagábamos a esos mismos medios como anunciantes. Y entre todos: clientes, amigos, otros botiguers, microempresarios y los mejores políticos, que los hubo también honestos y eficientes. logramos prosperar todos: las series históricas de renta de los ochenta y noventa lo atestiguan.

Grandes clásicos y ‘startaperos’

Hoy tenemos un tejido empresarial y ciudadano mejor, más sólido y profesional, diverso y equilibrado. Por eso, en la Guía Empresarial del Diari están no solo los grandes clásicos de la Petroquímica, el Turismo, la logística –y también la portuaria– sino también los ‘startaperos’ de la agroalimentaria, comercio, distribución, cosmética...Y los pequeños que han superado la pandemia y están dispuestos a frenar la inflación generando más y mejor valor y reduciendo externalidades indeseables –contaminación, riesgo, masificación...– desde la responsabilidad social.

«Vaya, Lluís –apunta Kalikatres–, te estás vendiendo al capital y sus acólitos». Y le vuelvo a llevar la contraria hasta las últimas líneas: «Hay empresarios que lo son para quedárselo todo; pero otros pueden seguir siéndolo, porque son capaces de darlo todo». Y en la Guía Empresarial comprobaremos que tenemos muchos de los mejores.