«Si la gente no se vacuna emergerán enfermedades que estaban controladas»

Con la irrupción de la Covid-19 a nuestras vidas ha vuelto a demostrarse lo sumamente importante que es la vacunación para controlar las enfermedades infecciosas. De paso, también ha salido a la luz la voz discordante de parte de la población que no cree en este tipo de inmunización.

España es un país con unos índices de vacunación muy altos, lo que ha permitido mantener a raya a enfermedades que en otras épocas se habían mostrado muy virulentas, como por ejemplo el sarampión, la rubeola o la parotiditis (paperas). No obstante, en los últimos tiempos se han conocido casos y algunos brotes de éstas, abriéndose la incógnita de si han vuelto una vez que parecían controladas.

Antoni Castro, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Sant Joan de Reus y decano de la Facultat de Medicina, prefiere hablar de «enfermedades que estaban controladas gracias a la vacunación, pero no erradicadas. El problema es que esta corriente antivacunas, que es inexplicable desde un punta de vista académico y científico, hace a la población más vulnerable porque necesitamos la inmunidad de grupo. Esto ha provocado que algunos virus que estaban controlados, como el sarampión o la viruela, hayan empezado a circular de nuevo».

Castro insiste en el discurso de que «en el mundo académico y científico no hay duda de que la vacunación es la mejor herramienta para luchar contra las infecciones. Además es una campaña de lucha muy natural porque lo que hace es entrenar a nuestro sistema inmunitario».

El máximo responsable de los médicos internistas del Hospital Sant Joan de Reus echa mano de la historia para recordar que «las tres herramientas clave en la lucha contra las infecciones, a lo largo de la historia de la humanidad, han sido la higiene, el cloro (la química) y las vacunas, tres herramientas preventivas».

Por todo ello, Castro lanza un mensaje muy claro y advierte que «si la gente no se vacuna, enfermedades como las paperas, el sarampión, la rubeola, etc., volverán a emerger». Por este motivo, insiste en que «es muy importante hacer caso al mundo científico. El problema es que hoy en día todo el mundo se erige en un sabio y cree saber de todo. Es importante que los científicos actúen bajo criterio científico y que la gente haga caso de las normas».

Otro problema al que nos enfrentamos en los últimos tiempos, en cuanto a enfermedades infecciosas se refiere, es el de la aparición en nuestro país de virus procedentes de otros puntos del planeta que parecía que nunca podrían afectarnos a nosotros. Sobre este tema, Castro comenta que «hemos tenido noticias de enfermedades nuevas para nosotros, provocadas por virus como el SARS, la difteria, la gripe A, ébola, etc. La comunicación que tenemos nos hace más conscientes de lo que pasa en todo el mundo y percibimos las alarmas y la actualidad nos afecta mucho más».

Nueva forma de vida

Estas enfermedades infecciosas que, hasta ahora, veíamos por la televisión que pasaban en la otra punta del mundo están empezando a moverse. «La forma de vida ha cambiado. Cualquier persona puede viajar fácilmente y existen muchos movimientos de personas en el planeta que facilitan que las enfermedades viajen. Esto nos convierte en un poco más vulnerables», asegura el decano de la Facultat de Medicina de la URV.

Otro factor que habría influido en que estas infecciones nos estén afectando, según Castro, estaría relacionado «con el cambio climático. Muchas enfermedades transmitidas por un vector –como puede ser un mosquito– aparecen en latitudes del planeta donde antes no aparecían».

No hablamos de enfermedades nuevas, ya que hasta ahora existían aunque en otros países, «simplemente que ahora es más fácil tenerlas entre nosotros. Además, se dan costumbres nuevas, como la mayor convivencia de los humanos con animales, a veces exóticos. Es entonces cuando se produce la zoonosis», es decir, enfermedades o infecciones que se dan en los animales y que son transmisibles a las personas en condiciones naturales. «Al final, todo influye en que las infecciones nos afecten más que antes», añade Castro.

El decano de Medicina aclara que «tenemos que asumir que tendremos que convivir con todas estas infecciones, las que nos han llegado de fuera y las que ya teníamos». Y también echa atrás en el tiempo para recordar que «las enfermedades infecciosas han existido desde el inicio de los tiempos. Siempre ha habido brotes epidémicos (cólera, viruela, etc.) y algunos muy agresivos, con auténticas epidemias como la del sida, que en África se cargó a toda una generación».

Pero el jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Sant Joan de Reus advierte que «como sociedad somos muy vulnerables y las enfermedades infecciosas nos acechan. Estamos sobredimensionando nuestra capacidad de supervivencia y nos olvidamos de que estamos en un planeta donde convivimos con otros seres vivos y somos uno más».

Rubéola. Una vacuna con más de 50 años de vida

La rubéola es una infección viral contagiosa que se distingue por un sarpullido característico. No es lo mismo que el sarampión, pero las dos enfermedades comparten algunos síntomas, como el sarpullido rojo. La rubéola es causada por un virus diferente al del sarampión. La vacuna triple vírica (MMR), que protege frente a la rubéola, el sarampión y las paperas, se muestra eficaz y segura en casi la totalidad de las personas a las que se le administra.

La cantidad de casos ha disminuido desde que se desarrolló una vacuna en 1969, pero la disminución de la cantidad de personas que tomaron la vacuna MMR (por ejemplo, en países como el Reino Unido), dan lugar a un posible aumento en la incidencia de la enfermedad. Es una vacuna combinada cuya primera dosis se recomienda cuando los niños tienen 15 meses.

Sarampión. La vacuna se pone a los niños a los 12 meses

El sarampión es una infección infantil causada por un virus. En una época fue bastante frecuente, pero en la actualidad se puede prevenir gracias a una vacuna. Aunque las tasas de mortalidad se han reducido en todo el mundo a medida que se administra la vacuna contra el sarampión a más niños, la enfermedad aún mata a más de 100.000 personas cada año, la mayoría menores de cinco años.

En los países desarrollados, la mayor parte de los niños están inmunizados contra el sarampión a la edad de 12 meses, generalmente como parte de la vacuna triplevírica SPR (sarampión, paperas y rubeola). Un refuerzo de la vacuna se debe recibir entre los cuatro y los cinco años. Las tasas de vacunación han sido suficientemente altas para hacer al sarampión relativamente poco común.

Parotiditis (paperas). La triple viral protege contra este virus

Las paperas son una infección viral que afecta principalmente a las glándulas salivales que se encuentran cerca de los oídos. Las paperas pueden provocar inflamación de una de las glándulas o ambas.

Las paperas eran habituales en España hasta que la vacuna se volvió rutinaria. Desde entonces, la cantidad de casos ha disminuido considerablemente. Sin embargo, los brotes de paperas todavía ocurren, por ejemplo, en los Estados Unidos, donde la cantidad ha aumentado lentamente en años recientes.

Estos brotes de parotiditis afectan generalmente a las personas que no están vacunadas. La vacuna triple viral protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola, y se debe aplicar dos dosis de la vacuna a los niños entre 12 a 15 meses de edad.