Whatsapp Diari de Tarragona
  • Para seguir toda la actualidad desde Tarragona, únete al Diari
    Diari
    Comercial
    Nota Legal
    • Síguenos en:

    Más vidas que un gato

    Raül Agné volvió a ganar en un día en el que su cargo de técnico estaba en juego

    11 octubre 2022 10:33 | Actualizado a 11 octubre 2022 10:35
    Se lee en minutos
    Participa:
    Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
    Comparte en:

    Algo se repite en la relación de Raül Agné y el Nàstic. Parece que se va a romper, pero siempre sobrevive. El año pasado ya estuvo cerca de su fin en dos ocasiones y esta temporada de momento ha encontrado oxígeno en dos partidos (Amorebieta y Murcia) en los que de no ganar su puesto hubiese corrido serio peligro. Sin embargo, en el momento de la verdad nunca ha fallado. Eso demuestra que el vestuario está de su lado porque con su entrenador con la soga en el cuello han dado la cara y han peleado hasta el final, logrando un triunfo que le permite continuar su periplo en Tarragona.

    El domingo el rostro del técnico de Mequinenza reflejaba satisfacción, alegría y desahogo a partes iguales tras el pitido final. Se sentó en la sala de prensa del Nou Estadi con la naturalidad que le caracteriza. Lo bueno del entrenador del Nàstic es que las ha vivido de todos los colores y eso le permite afrontar los momentos de tensión con un punto extra de tranquilidad. Eso le ayuda a él y también al entorno que no es otro que sus jugadores. Si al líder se le ve con poso en los momentos de dificultad, eso siempre es una señal de arropo.

    Más que tres puntos

    Lo bueno del triunfo ante el Murcia era mucho más que los tres puntos logrados. Para Raül Agné y para los jugadores había algo más. Ante el Amorebieta se ganó, pero fue una victoria en la que no se pudieron sacar grandes conclusiones. El equipo sobrevivió, pero poco más. Apenas generó síntomas de recuperación y optimismo.

    Todo lo contrario se puede decir del triunfo ante el Real Murcia. Enfrente hubo un rival de altos vuelos que se adelantó y que colocó a Raül Agné y al Nàstic más en el alambre que nunca. En el momento de la verdad aparecieron los valientes. El conjunto grana tiró de casta y personalidad y completó uno de los mejores partidos que se le recuerdan a nivel de juego ofensivo con el técnico de Mequinenza en el banquillo.

    El conjunto tarraconense desplegó un juego asociativo fluido en el que todas las piezas crecían y se encontró con la versión más deslumbrante de Aarón Rey y los colmillos de Guillermo Fernández y Pablo Fernández. De repente todo rodaba y el gol de Joan Oriol solo hizo que darle la tranquilidad necesaria para liberarse al equipo y mostrar una versión de juego que sí que se acerca a lo que se proclamaba este verano. El gol en la agonía del Murcia solo fue anécdota porque ni siquiera dio tiempo a que aparecieran los fantasmas del pasado frente al Eldense. El Nàstic nunca se aculó y con la ventaja de dos goles fue un equipo proactivo que supo gestionar esos últimos momentos.

    ¿Y ahora qué? Esa es la pregunta que se hace el aficionado grana. En el Nou Estadi las cosas marchan porque el empate ante el Logroñés no fue del todo malo y ante el Amorebieta se ganó con un juego gris, pero ante el Murcia se venció brillando. La derrota ante el Intercity se puede considerar tropiezo porque la dinámica lo permite señalar así. Sin embargo, el objetivo ahora debe ser ganar fuera. La victoria como visitante no puede esperar más. La media de ganar en casa y perder o empatar fuera no es suficiente.

    Pero no solo se pide que el equipo que gane, que eso obviamente es lo primero. Se espera un conjunto grana más decidido, que vaya a por el partido y que no se limite a sobrevivir. Nadie quiere seguir contemplando ese rostro del Nàstic como visitante. Por ello esa es la gran asignatura pendiente del equipo que ya arrastra desde el año pasado. Agné lo sabe y este fin de semana buscará dar un golpe en San Sebastián que le daría todavía más aire. Lo necesita él y el equipo. La primera ola ha pasado, pero la marea sigue.

    Comentarios
    Multimedia Diari