«Cuando nos visitan o llegan profesores nuevos destacan que hay muy buen ambiente», dice Rosa Carbó, que fue directora del IES Serra de Miramar, en Valls, un centro con una trayectoria de 14 años como comunidad de aprendizaje. Carbó destaca que «cuando establecimos las normas del centro, junto con toda la comunidad educativa, familias, profesorado y alumnado, hubo un cambio. No quiere decir que no hubiera conflictos, pero el nivel de conflictividad bajó de forma importante y el modelo disciplinario solo se utilizaba en aquellos casos en los que había un problema realmente importante que, en 14 años, han sido muy pocos».
Acompañando a la norma, para Rosa Carbó algunas de las claves del éxito son la implicación de todo el profesorado, «que actúa de la misma manera», así como las tertulias de la amistad, donde «se leen artículos del ‘Diario Feminista’ y del ‘Periódico Educación’, validados científicamente. A partir de ahí se crea el debate y aparecen todos los temas, como el de las amistades». Además, «las dos actuaciones que implementamos también tienen que ver con crear un centro seguro y libre de violencia: los grupos interactivos y las tertulias dialógicas, que forman cohesión social», unas actuaciones que tienen el aval del Parlamento Europeo.
«Estamos hablando de algo que se ha demostrado universal, que funciona en cualquier contexto y con todas las personas».
