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Tarragona, segunda provincia de España en operaciones contra el yihadismo

En 2022 hubo tres actuaciones, las mismas que en Madrid. Solo Barcelona (6) está por delante. Las últimas condenas: un lobo solitario en Cambrils o un joven en Salou que quería ser mártir

13 agosto 2023 20:03 | Actualizado a 14 agosto 2023 07:00
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Tarragona se afianza como uno de los focos policiales de la lucha contra el yihadismo. Es así desde hace más de una década, y no solo por los atentados del 17-A, en 2017, de los que esta semana se cumplen seis años. Así lo certifica el Anuario del terrorismo yihadista 2022, un estudio del Observatorio Internacional de Estudios sobre Terrorismo.

La provincia suele aparecer entre los puntos calientes. En la última entrega vuelve a hacerlo. Con tres operaciones realizadas en todo 2022, solo está por detrás de Barcelona (seis), y al mismo nivel que Girona, Madrid o la ciudad de Melilla, las zonas más críticas.

Toda la costa suele concentrar más intervenciones. «El 45% de las operaciones realizadas frente al yihadismo durante el último año en España se han producido en Catalunya. Asimismo, podemos observar cómo el litoral mediterráneo continúa siendo el principal eje de actividad antiterrorista frente al yihadismo, al darse a lo largo de él la mayor parte de las operaciones», explica el informe. En el otro lado, «la parte más occidental del territorio español apenas ha registrado intervenciones».

Planes desbaratados

La alerta se mantiene y es fundamental para la seguridad ante una amenaza latente que no se ha ido. Este informe sostiene que «si España no ha vuelto a sufrir atentados de elevada letalidad» como los de Barcelona y Cambrils «es gracias a las no pocas operaciones realizadas durante los últimos años que han conseguido desbaratar planes y tentativas de cometer atentados por parte de individuos o células terroristas».

Este observatorio recuerda que en España «continuamos bajo el mismo paradigma iniciado en 2015, fecha en la que comenzó a manifestarse de forma fehaciente la amenaza que Daesh representa para Occidente. Desde entonces, el número de operaciones se mantiene superior a la veintena anual y la cifra de detenidos generalmente se sitúa entre las 30-40 personas».

El 45% de las operaciones contra el yihadismo en España se hacen en Catalunya. Destacan Barcelona (6), Tarragona (3) o Girona (3)

El goteo de casos en Tarragona es más o menos constante, y el estudio resalta alguno: «A lo largo de 2022 se produjeron al menos cuatro operaciones en las que la persona arrestada había manifestado abiertamente su intención de cometer una acción terrorista, algo que es probable que hubiese ocurrido de forma más o menos inminente en el caso de no haberse producido su detención».

Atentar y desplazarse a Siria

En uno de esos casos, «un individuo fue detenido por los Mossos d’Esquadra en Tarragona tras proclamar su deseo de cometer un atentado en Catalunya antes de desplazarse a Siria para unirse a grupos yihadistas».

En los últimos años, los estudios apuntan a un descenso de la edad de los detenidos y a la importancia de las redes en labores como la captación. A eso se suman otros factores de la radicalización que pueden germinar más en aquellas provincias con un colectivo más numeroso de inmigración.

La amenaza persiste en un goteo de casos de intentos de captación y de ataques abortados

En ese esquema, un punto clave puede ser el sentimiento de exclusión, como apuntan algunos expertos sobre la célula que planificó desde Alcanar los atentados en Cambrils y Barcelona del 17-A. Jordi Moreras, profesor de antropología en la URV, en su análisis de aquel grupo jovencísimo de personas, apunta: «No los tenemos que llamar yihadistas. Son unos chicos que han participado en una acción violenta y han sido víctimas de un proceso de radicalización exprés. Hay una contradicción de términos. A estos jóvenes los sedujeron de una manera en la que perdieron su identidad, los abdujeron, es como una secta».

No solo los cuerpos policiales realizan una intensa labor al respecto. También la justicia hace lo propio. Recientemente el Tribunal Supremo ha confirmado una sentencia de la Audiencia Nacional que condena a un joven marroquí por un delito de captación y adoctrinamiento terrorista en Tarragona. El individuo consumía material propagandístico de Daesh y lo transmitía a otros «con la intención de influir en ellos». De hecho, incluso pretendía instaurar ese ideario radical en su propia pareja, con la que convivió en diversos periodos en Salou. La mujer fue sometida a «una gran presión», según reza la sentencia, a la que ha podido acceder el Diari, lo que le obligó a ser ingresada en Tarragona y a recibir atención psiquiátrica para recuperarse.

«Pensamiento religioso radical»

La madre de la joven le recriminaba la forma en que ha «machacado» a su hija. La resolución recalca «la ascendencia ideológica» del individuo sobre su pareja, «inoculándole su pensamiento religioso radical, mientras ella trata de complacerle, aunque se siente maltratada psicológicamente».

El condenado hacía creer a su chica que se encontraba camino de Siria, cuando en realidad estaba en Tarragona, y la amenazaba con denunciarla ante los miembros de Daesh una vez llegara allí. Todo ello lo combinaba con la «autocapacitación mediante entrenamiento físico con la intención de estar preparado para su futura incorporación al Daesh, mediante un posible desplazamiento a Siria con dos compañeros más, también condenados en la sentencia.

Los estudios apuntan a la edad cada vez más baja de los detenidos y a la importancia de las redes sociales

Hacía boxeo y ejercicio al aire libre para «capacitarse para la actividad terrorista entrenando técnicas de combate». Todo ello, además, agravado por su personalidad «violenta y agresiva».

En una de las conversaciones interceptadas, se autodenomina «moro radical», indica que va a degollar a una persona, ensalza la inmolación de los terroristas y expresa que él mismo se explotaría junto a personas. Expresaba su deseo de morir como un mártir. Es reveladora la frase que le dice a su pareja: «¿Sabes qué ganas tengo de irme a Siria e Irak? Te lo juro. Sólo quiero que me maten».

Otra condena reciente ha sido la de la Audiencia Nacional a una persona radicalizada en Cambrils. Se le ha impuesto una pena de 386 días de prisión por el delito de autoadoctrinamiento y autocapacitación terrorista. El alto tribunal ha probado que estaba adherido a los postulados del Daesh, «para lo que llevó a cabo una intensa actividad, principalmente en redes sociales». No solo se preparaba para cometer ataques por su cuenta, de forma autónoma, sino que exteriorizó «una conducta tendente a la captación y adoctrinamiento de terceras personas».

Un joven que vivía en Salou se ejercitaba para enrolarse en las filas de Daesh y combatir

Lo comprobó directamente un agente policial encubierto, una de las claves de la investigación. Para seguir la actividad del sospechoso en foros ligados al yihadismo, resultó decisiva la labor de ese investigador encubierto. Es uno de los métodos usados en este tipo de operaciones: una autorización judicial permite a un policía hacerse pasar por islamista radical y tomar parte en entornos yihadistas para identificar a otros.

Noticias del Estado Islámico

Las pesquisas constataron que este marroquí afincado en la provincia «participaba al menos en una docena de grupos de WhatsApp, en los que se compartía abundante material yihadista con un alto grado de violencia y en los que se glorifica las ejecuciones por motivos ideológicos y la comisión de ataques terroristas». Esos foros de mensajería instantánea se bautizaban con nombres como Niño del Islam, Ayudantes del Islam, Los gigantes del Islam o Noticias del Estado Islámico.

En algunos de ellos se ofrecían instrucciones sobre «cómo fabricar explosivos de gran potencia» o «consejos a los muyahidines que viven en tierras de infieles». En esas plataformas se establecen pautas de cómo planificar los atentados («evita las casualidades, elige bien el lugar y la manera de actuar. Elige el mayor desafío de la manera más fácil y más económica») y su ejecución («intenta retirarte con mucha seguridad y si no lo logras sigue luchando hasta que te maten, intenta provocar el número más grande de pérdidas y destrozo en el enemigo. Céntrate en el objetivo principal. Mantén la calma y el silencio»). La sentencia indica que «se trata de un material elaborado por las agencias de comunicación oficiales de la organización terrorista Daesh».

Se interesó en la adquisición de «objetos que podrían ser utilizados como armas en una hipotética acción terrorista». Se trataba de arcos y puntas de flechas, rifles de pesca submarina y vestimenta paramilitar, todo ello bajo el ‘modus operandi’ del lobo solitario.

A raíz de un ataque con ese método en Königsberg (Noruega) por un converso al Islam, la investigación concluyó que había un riesgo muy alto de imitación de una afrenta similar por parte de este condenado que actuó sin conexiones. Es otra de las modalidades de una amenaza yihadista que sigue bien presente en Tarragona.

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